
La búsqueda de la identidad es una tarea de la adolescencia. Es poder lograr una sensación de continuidad en el tiempo, de ser la misma persona a pesar de los cambios físicos, emocionales, psicológicos y medioambientales que se van experimentando durante el desarrollo, y que permite la diferenciación de los demás.
El adolescente debe gradualmente encontrar su camino, saber quién es, cómo es y qué quiere hacer, pero no sabe cómo. Por eso hace ensayos que en ocasiones pueden ser mal vistos por la familia y la sociedad. Y a los adultos se les olvida que estos ensayos son necesarios para que consolide su identidad.
En esta búsqueda aparecen, de manera inconsciente, muchas preguntas importantes de la vida que nos impulsan a buscar nuevas alternativas: ¿por qué soy como soy?, ¿cuál ha sido mi experiencia?, ¿qué quiero preservar de mi historia?, ¿en qué me parezco a mis padres? y de eso qué tengo en común con ellos, ¿qué es lo que realmente quiero conservar?, ¿cómo pienso?, ¿cómo siento?, ¿cuándo lo siento cómo lo acepto?, ¿cuál es mi tendencia sexual?, ¿qué me atrae de los otros y cómo manejo la atracción que los otros ejercen sobre mí?, etc.
Así, vamos desarrollando modas en nuestra vestimenta, en el saludo, en el lenguaje, en el arreglo ¿o desarreglo? personal, "se casa" con ideas radicales, lo que va a repercutir de una u otra forma en la actitud.
En la actualidad el bombardeo de los medios de comunicación nos entregan una gran cantidad de de elementos ideológicos y comerciales que favorecen valores, modelos y tipos ideales para los jóvenes, con los cuales muchos adolescentes se comparan y tratan de imitar, siendo estos estereotipos los que están contribuyendo a formar la imagen e identidad de las nuevas generaciones.
jueves, 2 de octubre de 2008
¿Tribus urbanas o problemas de identidad?
Publicado por Cami en 10:08
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